Demostraremos nuestro compromiso con Cristo al poner en práctica las disciplinas espirituales; demostraremos nuestra dedicación al cuerpo de Cristo siendo leales a Dios y a su Iglesia y a la obra de Cristo al ser buenos administradores.
Participaremos en toda actividad que glorifique a Dios en nuestro cuerpo y evitaremos satisfacer los deseos de la carne. Leeremos, miraremos y escucharemos todo lo que sea de beneficio para nuestra vida espiritual.
Viviremos una vida que inspire responsabilidad y confianza, que produzca el fruto del Espíritu y manifieste el carácter de Cristo en toda nuestra conducta
Daremos prioridad al cumplimiento de las responsabilidades familiares, preservaremos la santidad del matrimonio y mantendremos el orden bíblico en el hogar.
Practicaremos la templanza en la conducta y evitaremos actitudes y actos ofensivos contra nuestros semejantes o que conduzcan a la adicción o esclavitud a las drogas
Demostraremos el principio bíblico de la modestia vistiendo y luciendo de una manera que realce nuestro testimonio cristiano y evite el orgullo, la presunción y la sensualidad.
Nuestro objetivo será cumplir con las obligaciones que tenemos hacia la sociedad, siendo buenos ciudadanos, corrigiendo las injusticias sociales y protegiendo la santidad de la vida.