Iglesia de Dios
Torre Fuerte
Apariencia Modesta
Modestia
De acuerdo con el concepto bíblico, la modestia es una gracia espiritual interna que evita todo lo que parece indecente e impuro. Es limpia en pensamiento y conducta y no actúa con crudeza ni con indecencia en el vestir ni en el comportamiento (Efesios 4:25-29, 31; 5:1-8; I Timoteo 2:9-10). Por lo tanto, la modestia incluye la apariencia, la conducta, la vestimenta y el discurso y puede ser aplicada a todas las situaciones. El punto esencial es: ¿agradamos o desagradamos a Dios con nuestro estilo de vida?
Apariencia y vestido
La vida, el carácter y el concepto que tengamos de nosotros mismos se reflejan en nuestra apariencia y vestimenta. La amonestación bíblica “no os conforméis a este siglo” nos recuerda que la vestimenta debe ser modesta y decente en todo sentido (Romanos 12:2; 1 Tesalonicenses 5:22-23). Dios se agrada que nos vistamos y arreglemos bien. Sin embargo, debemos buscar, sobre todo, la belleza espiritual, la cual no viene por el adorno externo de joyas, vestidos y cosméticos costosos, sino de las buenas obras, de la conversación pura y de un espíritu afable y apacible (Filipenses 4:8; I Pedro 3:3-5).
Orgullo, presunción y sensualidad
Como pueblo santo debemos abstenernos de toda lascivia de la carne y evitar cualquier vestimenta que provoque pensamientos, actitudes y estilos de vida inmorales (Gálatas 5:13-21; I Pedro 2:11; 2 Pedro 1:4). Nuestra belleza no depende de vestidos ostentosos, atavíos extravagantes y costosos, del uso de joyas y cosméticos, sino de nuestra relación con Cristo. El adorno externo, sea vestido o joyas, como una demostración externa del valor personal, es contrario a la actitud espiritual (Santiago 2:1-4).